Siguiendo la senda trazada
en varias entradas de índole económico escritas en este blog, y a la vista de
que el virulento y volátil escenario que vaticinaba es el contexto en el que ya
nos encontramos, voy a tratar de explicar el horizonte que se avecina, arrancando
con un deseo que reflejé al final del artículo “Nada
es para siempre, ni siquiera la deuda”:
Después de la tormenta habrá de llegar la calma; ojalá tengamos la oportunidad de vislumbrar y palpar una "Era de Transformación", repleta de maravillosas oportunidades.
Todos juntos. Esa será la
clave. Esa será la llave. Esa será la nueva globalidad: el fin de la
confrontación, las fronteras y el egoísmo en favor de la colaboración, la
solidaridad y el bien común. La idea de que el individuo es social antes
que individuo se irá imponiendo ante el más que palpable fracaso social actual
que, en gran medida, se debe a la falta de una verticalidad puesta al servicio
de la colectividad, al servicio del otro.
El comienzo inevitable de un
proceso de mayor acercamiento, carente de prisas y miedos, ya se ha iniciado,
aunque no lo parezca. Y es que solo tras sufrir pánico, se puede pensar en
dejar de tener miedo. Así es como nacerá y se logrará una toma de conciencia
personal que será la que provoque y haga brotar la colectiva, haciendo cambiar
el mundo.
Creo que, hoy por hoy, el
acercamiento es más necesario que nunca. Y curiosamente lo vamos a constatar tras
haber ido abandonando el contacto físico en favor del virtual para, sin
embargo, comprobar que todos respiramos el todo, que es el aire; y que lo que
pensábamos que era minúsculo, casi la nada, en realidad se ha revelado como
todo un virus capaz de traspasarnos en un suspiro. Lo minúsculo es enormemente
importante. Lo son los pequeños detalles. Lo son los instantes que se viven y
no los que se cuentan mediante historias artificiosas, creadas para su
exposición virtual.
No seas insensato; vive el
instante y olvídate de buscarle un estante donde exponerlo. Lo fugaz ni se detiene ni se edita en un “caralibro”. El instante se graba en la mente, no en un
video. Que no te atrape la red que todo lo agrava; te aseguro que se vuelve
viral.
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