Ocultar que nos adentramos a la antesala de la mayor recesión mundial y que nos afectará de lleno es enfermizo por parte de nuestros gobernantes. ¿Qué tendrá el engaño que consigue repetirse? Quizá la tozudez del engañado.
La expansión cuantitativa (QE) utilizada por
los bancos centrales tiene como objetivo aumentar la oferta de dinero,
incrementando las reservas del sistema financiero, además de ayudar a los
estados a endeudarse, con tasas de interés muy bajas. Sin embargo, si toda
esa inyección de liquidez no se pone en circulación, para qué sirve y, sobre
todo, ¿qué razones pueden existir para que estados y bancos se acojan a la
barra libre de dinero pero no quieran ponerlo en circulación? Me temo que la
razón es ganar tiempo para no reconocer que ni pueden ni podrán hacer frente a
sus compromisos. Su pufo es de tal tamaño que es inasumible.
Son zombis.
La tremenda exposición en derivados
financieros que posee el "too big to fail" europeo,
Deutsche Bank añade más recelo y hace que los temores afloren ya en el
mercado. ¿Terminará explotando el colapso bancario europeo? Lo digo porque lo
que se niega con rotundidad... ¡suele pasar!
Cuando el programa de compra de bonos del BCE
termine y comiencen a repuntar los tipos de interés, el nivel de deuda asumido
por los estados se volverá insostenible e impagable.
Tenemos la prima de riesgo en niveles muy
bajos por dicha intervención, no por las supuestas bondades de nuestra
economía. El crecimiento del PIB español gravita en el consumo interno, el
turismo y las exportaciones, y los tres se desplomarán al unísono.
Regresaremos a la situación de 2011, pero con peores soportes; mucho
peores.
Con la deuda pública desbocada (100% del PIB)
y la Seguridad Social entrando en números rojos, veremos evaporarse el Fondo de
Reserva a medida que se reduzcan las cotizaciones (por el desplome de los
salarios). El aumento creciente del coste de la deuda y su pago
prioritario (Art. 135 CE) impedirán dotar suficientemente las partidas de gasto
social, más necesarias que nunca. La recesión se anunciará con la estanflación (alza
de precios, desempleo y estancamiento, simultáneamente) y provocará una
explosiva conflictividad social, aperitivo de la miseria generalizada. Espero
y deseo un Ave Fénix para el mundo en 2020.
Los países se irán contagiando y caerán, como
fichas de dominó. El BCE y la Reserva Federal decidieron inundar de dinero el
sistema y la reticencia de la banca a poner la liquidez en circulación
conseguirá pudrir esos billetes en sus cajas acorazadas. Billetes que no
valdrán nada porque no servirán para nada.
La peste del dinero acabará por pudrir al
sistema financiero y al propio modelo capitalista. La virulencia de la epidemia será de tal envergadura que
derivará en masacre. Y no nos olvidemos que Europa está inmersa en la mayor
crisis migratoria desde la II Guerra Mundial; una situación humanitaria crítica
que, lejos de solucionarse, se va agudizando y acabará estallando en el pleno corazón del viejo continente.
Mentirosos, ladrones y ¿asesinos?
¿¡Quién quiere mantener este sistema!?
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