Absolutamente todos los medios de comunicación se inclinan
por una amplia victoria de Hillary Clinton. Confunden sus preferencias con la
realidad. Nadie apostaba por el Brexit y salió. Abran los ojos, señores.
Clinton ganó unas primarias a Sanders con malas artes y demasiados
lobbies. Pienso que muchos votantes demócratas simplemente dejarán de
serlo en estados claves como Wisconsin y Michigan, donde Sanders ganó.
Por otro lado, el hecho de que el partido demócrata cuente con
una ventaja tan amplia en tantas y tantas encuestas y estudios demoscópicos ad
hoc, encargados a los medios de comunicación que copan y compran, se volverá contra ellos
como un boomerang y hará
desmovilizarse a gran parte de su pretendido electorado, provocando la
movilización del votante republicano. Esto será determinante en estados como
Florida, Ohio, Pensilvania o Carolina del Norte.
El ansia por ganar elecciones en verano, les hará perderlas en otoño.
El establishment está
pecando de prepotencia, al tiempo que ignora la angustia por la que está
pasando la clase media. Hablar de la recuperación económica, basando el
análisis en cifras macro e ignorando las micro, en mi opinión, es su mayor
error y se pondrá de manifiesto en los resultados de las elecciones a la
presidencia de los Estados Unidos. No tengo la menor duda. La clase media
calla, no responde en las encuestas pero, finalmente, grita sus demandas y sus
miedos introduciendo silenciosamente su voto en la urna. Cuando se abran estas,
el estruendo será tremendo. También su eco.
El Nuevo Orden Mundial está a punto de brotar. Sembrar, se sembró hace tiempo; no seamos ingenuos. Solo falta el "Trumpazo".
La OTAN se acerca a su ocaso. Es lo que acarrea occidente, en su propio concepto.
Así que, bienvenidos a los tiempos de sorpresas, terremotos, tsunamis y nuevas estrellas. Por último, un aviso: no hay dos sin tres.
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