viernes, 25 de diciembre de 2020

BIENAVENTURADOS LOS CONSTRUCTORES DE LA PAZ

Ira, agresividad y cólera a nivel personal y colectivo. Un escenario que se avecina tras pasar meses confinados bajo un estado policial. 

Nos hallamos ante la concatenación de varias crisis: sanitaria, económica, financiera, social, política, humanitaria, etcétera; de manera que todo lo tóxico que se ha ido acumulando habrá de estallar. La gran burbuja explotará, está claro. Viviremos una dura etapa en continuo estado de shock

Puede verse el vaso medio lleno o medio vacío, y esa es la clave: ha de haber una toma de conciencia global de que nos encontramos ante un reto integral.

Rescato la Carta Encíclica PACEM IN TERRIS (JUAN XXIII), 11 de abril de 1963. En ella, entre muchas cosas enormemente interesantes, se sugiere que es necesaria una autoridad pública de alcance mundial y se recuerda que ha de tenerse presente la siguiente premisa: Evolución, no revolución. En concreto, se hace referencia a las siguientes palabras de Pío XII
No en la revolución, sino en una evolución concorde, están la salvación y la justicia. La violencia jamás ha hecho otra cosa que destruir, no edificar; encender las pasiones, no calmarlas; acumular odio y escombros, no hacer fraternizar a los contendientes, y ha precipitado a los hombres y a los partidos a la dura necesidad de reconstruir lentamente, después de pruebas dolorosas, sobre los destrozos de la discordia.”.

Finalizo priorizando y resaltando un deseo recogido en las siguientes palabras: “(…) que esta paz penetre en la grey que os ha sido confiada, para beneficio, sobre todo, de los más humildes, que necesitan ayuda y defensa, (…)”.


Quizás veamos la luz cuando se marche el Sol...



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