domingo, 8 de octubre de 2017

Pensemos en pensiones.

Hoy, el gasto anual en pensiones rebasa los 130.000 millones de euros. El número de pensionistas ya superó los 9.500.000. Más de la mitad de estas prestaciones son por jubilación, con una media que ronda los 985 €/mes. 

Si hablamos de la pensión media del sistema, la que toma como referencia todas las clases de pensiones (jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares), esta de reduce a 860 €/mes.
En cuanto a las pensiones máximas de jubilación: la contributiva supera los 2.500 €/mes, mientras que la no contributiva (para personas que no han cotizado lo suficiente, o no han trabajado nunca, pero reúnen ciertos requisitos) no llega a 370 €/mes.

Cuando de reparto de riqueza se trata, la media suele estar alejada de la mediana. Así, podemos comprobar que, a pesar de que la pensión media del sistema es de 860 €/mes, la mayoría de los pensionistas perciben un importe inferior.
Lo que sugiero es convertir una media digna en mediana (incluso, moda). Para ello es necesario que el Estado deje de blindar de por vida las diferencias de renta de sus ciudadanos. Busco un reparto solidario.
Las aportaciones, tanto del trabajador como de la empresa, a lo largo de la carrera laboral deben contribuir a garantizar el mantenimiento del  sistema de la Seguridad Social y a dotar un Fondo de Reserva, la "hucha de las pensiones", que lo haga viable y sostenible, incluso en etapas de crisis económica.

Crear empleo es la mejor fórmula para evitar vaciar las arcas de la Seguridad Social (pues reduce las prestaciones por desempleo) y engrosar la hucha común. Eso sí, siempre y cuando los sueldos no sean miserables, como sucede actualmente.

No considero una quimera plantear cobrar al menos 8,5 € por cada una de las 140 horas laborales mensuales, elevando el Salario Mínimo hasta unos deseables 1.190 €, y tratar de situar en este importe la mediana y la media de la pensión digna que sugiero. Partiendo de esta renta, ajustemos las cotizaciones sociales, incorporando el principio de progresividad, para adjudicar a distintos tramos salariales distintos tramos de cotización a la Seguridad Social y distintos tipos tributarios. Sí, tributarios.

Creo que debe recurrirse a los impuestos para incrementar los ingresos destinados a financiar las pensiones, mediante una contribución social generalizada, en donde todos los contribuyentes (incluidos los perceptores de rentas de capital y los pensionistas, no solo los trabajadores) tengan un suplemento en el impuesto sobre la renta (con tipos progresivos). Esto permite replantear en esencia la cuestión clave: la relativa a la economía política del sistema público de pensiones. Incorporar al actual sistema, paulatina y gradualmente, la función redistributiva que cumplen los impuestos generales como fórmula para corregir la desigualdad.

Ahora, las prestaciones se calculan mediante el principio de prestación definida, que busca y provoca que las más elevadas correspondan a aquellos individuos que completaron una vida laboral más larga y con salarios mayores. Casi como si se tratase de un contrato de seguro. Esto es caridad, no solidaridad. Si quienes más cobran quieren más renta para su vejez, que procuren hacer aportaciones, de forma individual y voluntaria, a su plan de pensiones privado.

La Banca ni debe ni puede marcar el camino al Gobierno. Ha de ser al revés, los bancos deben adaptarse y acomodarse a las políticas del Gobierno, que debieran regirse por la progresividad impositiva y la solidaridad. El fomento de los planes de pensiones privados en ningún caso puede pretender hacerlos obligatorios.

No puede renunciarse a la garantía estatal de un sistema público de pensiones digno y sostenible. No permitamos una nueva jugarreta. Ya está bien de decir "amén" y comulgar con tremendas ruedas de molino. Dado que existe un empeño en pulverizar la harina de todos en dinero para unos pocos, debe responderse con contundencia a estos "sacamuelas"; supuestos bomberos que, aprovechando que truena, orinan gasolina. 

Urge recomponer todo este maremágnum. ¿O también en este tema tenemos que ser pacientes? Propongamos y debatamos. Pensemos en pensiones; si no lo hacemos hoy, mañana nos desvelará el sueño de dormir en una fría y barata. Duro pero real.





No hay comentarios:

Publicar un comentario