Indignación, crítica y denuncia. Necesarias pero
insuficientes. Es imprescindible levantarse para abrirse camino de la mano del
compromiso y hacer posible lo que es necesario.
“El más capullo de mi clase (¡que elemento!) llegó
hasta el Parlamento… Y sin dejar de ser el mismo bruto aquel que no sabía ni
dibujar la ‘O’ con un canuto… El superclase de mi clase, ¡qué pardillo!), se pudre en el banquillo; y a la cola del paro, por no haber pasado por el aro”.
‘Cambalache’, de Carlos Gardel o “el blues de lo que
pasa en mi escalera”, de Joaquín Sabina, canciones del siglo XX y rabiosa
actualidad en 2012.
La pesadilla con la que a diario nos acostamos y,
también a diario, nos despertamos, nos golpea, atenaza e indigna; sin embargo
debemos sobreponernos y caminar. De la indignación debe nacer la voluntad de
compromiso con la historia; ese es el paso irrenunciable e inmediato a dar, el
paso firme del compromiso.
“Caminante, son tus huellas el camino y nada más;
caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al
volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino sino estelas en la mar”. Antonio Machado.
“Y si llueve saldremos a la lluvia, a lavar las vidas
que van acumulando mugre…”.
“…ser trigo en las eras, nunca polvo en las aceras”. Manolo García.
“…ser trigo en las eras, nunca polvo en las aceras”. Manolo García.
Nos arrebatan lo que es de todos y, como es de todos, es nuestro derecho y nuestro deber recuperarlo al servicio de nuestra libertad. Seamos conscientes de por dónde no hemos de volver a pisar, brotemos y ¡salgamos a la lluvia!
Considero que el motivo de la creación del partido político UPyD fue éste y es en esta dirección en la que camina. Cumplir sus compromisos, defendiendo la transparencia y practicándola. Llevar a la calle los debates políticos que nacen en la propia calle, sin miedo a las preguntas ni a las críticas, sin temor a la cercanía y al control de los ciudadanos. Esto es, regenerar la Democracia; devolver a los ciudadanos el control sobre la política.
Me impliqué a nivel personal, pero tras ser elegido
por los ciudadanos, hace un año, ahora estoy obligado a mantenerme firme y
luchar aun más si cabe por aquello que considero esencial, irrenunciable,
necesario y, por supuesto, posible. Desde estas líneas, mi intención es
animar a todos a cambiar las cosas… a mejor.
El mundo al revés es lo que vivimos en estos cenicientos días después de la gran estafa
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