domingo, 15 de mayo de 2011

Motivos para elegir. Razones para cambiar.

El domingo 22 de mayo se celebrarán las elecciones autonómicas y locales. Se equivoca quien piense que el gobierno que se vota y el único importante es el estatal (tiempo al tiempo; eso será en otro momento). Nada más lejos de la realidad.
Los grandes problemas económicos y sociales que padecemos se han generado en gran medida, y han de resolverse en parte, desde los gobiernos autonómicos y locales. De ahí la importancia de lo que se decide, de lo que se elige.

Los votantes deben ser críticos, exigentes y responsables. Una buena pregunta que sirva de reflexión y observación para ejercer de ciudadanos y no de forofos de un partido sería la siguiente: ¿qué formaciones políticas están menos implicadas en lo sucedido o mostrarían más decisión a la hora de corregirlo? ¿Qué clase política queremos? 

Analicemos los principales problemas que nos aquejan y rastreemos sus causas.

El sector financiero y la sequía del crédito.

Las cajas de ahorro prestaron excesivamente al sector de la construcción. En sus balances permanecen muchos de esos préstamos fallidos con unas garantías inmobiliarias que han perdido valor. Con esa situación patrimonial, no están en condiciones de dar nuevos préstamos. La sequía del crédito afecta al consumo y a la inversión, lastrando la recuperación económica.

Pero esas cajas están dirigidas por políticos. Los dirigentes siguen en sus puestos pese a los rescates masivos con dinero público. Las comunidades autónomas han dificultado la solución del problema, además de generarlo, para preservar sus cuotas de poder y el control de las cajas. Hay quienes están implicados en los desmanes y no presentan propuestas creíbles de regeneración y reforma.

El enorme déficit público español y el crecimiento de la deuda a emitir para financiarlo.

Hace un año, la economía española estuvo al borde del precipicio, a punto de sufrir una crisis de la deuda por la dificultad de encontrar compradores a un tipos de interés asumible. A los españoles se nos subieron los impuestos en mitad de esta grave crisis para equilibrar las cuentas públicas.

Pues bien, el grueso de ese gasto es autonómico y local. Es el temor al descontrol del gasto autonómico el que atenaza a los mercados internacionales cuando piensan en España. No ha habido un recorte en profundidad del gasto superfluo, prefiriendo recortar salarios y pensiones. Al gasto de las administraciones autonómicas y locales habría que sumar el de la pléyade de empresas, observatorios y organismos de todo tipo que giran en torno a las administraciones, aunque no formen parte oficialmente de ellas.

La abundante legislación que promulgan las asambleas autonómicas genera costes de cumplimiento para las empresas y un auténtico laberinto legislativo, amenazando la unidad de un mercado ya relativamente pequeño, como es el español.

El plano local.

Los ayuntamientos han tenido mucho que ver en la génesis de la burbuja inmobiliaria, con sus alegres políticas de recalificación de terrenos. Tras el estallido de la crisis, el brusco deterioro de sus finanzas (ligadas a la burbuja) les ha llevado a la morosidad. Muchas pequeñas y medianas empresas han tenido que cerrar porque hay entidades públicas que no pagan lo debido, algo realmente inadmisible. Algunos ayuntamientos comienzan a tener problemas incluso para abonar las nóminas. 
¿Qué partidos promueven la reforma de la financiación local? y ¿cuáles han podido realizarla y no lo han hecho?

La educación constituye la clave del buen funcionamiento de un país.

Una formación de calidad garantiza la existencia de ciudadanos y votantes informados, facilita la mejora del capital humano, promueve la innovación científica, siendo a la vez un instrumento de movilidad social. Todo eso se ve hoy amenazado en España, como los sucesivos informes PISA de la OCDE han puesto de manifiesto.
La educación es una competencia autonómica, pero las comunidades han olvidado la función principal de la educación: enseñar. Prefieren adoctrinar. Lástima.
¿Qué partidos defienden una mejora del sistema educativo que garantice niveles similares de calidad en toda España, o incluso devolver sus competencias al Estado?

El sistema electoral.

La raíz de buena parte de los problemas anteriores tiene que ver con un sistema electoral que aleja a los elegidos de los electores y prima a partidos nacionalistas con un número de votos ridículo, si se compara con la representación y el poder de que gozan. ¿Por qué partidos nacionales no quieren acabar con esta desigualdad y prefieren rendir pleitesía a partidos nacionalistas? ¿Qué partidos promueven en serio la reforma electoral?
Si somos iguales, también debe serlo el valor de nuestro voto. ¿Acaso no existe un partido que defiende esto y condiciona su apoyo a cambios esenciales? Existe y es UPYD.

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