viernes, 23 de octubre de 2020

¡¡Un estrambote para este soneto!!

 El hastío en mitad del medio otoño,

esfumando las huellas del estío;

desnuda su disfraz, cruel desafío,

embriagando el abrigo del reboño.


Ombligo del penar, madre y retoño,

agostando hasta el pasto del rocío,

su tinte languidece en ocre umbrío

la dorada cana, brote bisoño.


Pulverizando momentos, amaña

el pensamiento moliendo proezas;

susurrando por los codos, nocivo.


Desvanecida ceguera que empaña

sedientos nubarrones de certezas.

En su descubierta intemperie vivo.

 

¡¡Un estrambote para este soneto!!



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