viernes, 25 de abril de 2014

Joder contra verdad

Érase una vez una popular panda de caciques que campaba a sus anchas. Acompañaban su pomposa vida con refrescantes burbujas infladas con fervor.

Fabricaban la recalificación inflamando el algodón de la prueba y acreditando cómo se lucra el sacamuelas molinero: pulverizando nuestra harina en dinero.
Sin embargo, con la explosión de su burbuja en forma de tremendo eructo hubo quien se atrevió a poner negro sobre blanco relatando el verdadero pasado reciente y retratando la velada oscuridad del poder. ¡Insensato!, caro lo pagaste.

Jota es la inicial de José, distinta a la de Pepe. Es evidente que no es lo mismo, como tampoco corrector es lo mismo que corregidor.

Quien debe servir tiene un servil que es un ser vil. Se informa a quien no quiera ser / estar desinformado.


¡UN QUIJOTE!, QUE NO SON MOLINOS

Ignorancia y soberbia de la mano.
Amor ciego que locura acompaña,
la envidia persigue y el triunfo apaña.
La altiva torpeza en lo cotidiano.

Genio ilustrado obvia el podio liviano
(coloso ogro que de oro el logro baña,
penumbra refleja y los ojos daña);
mas sutil hidalgo embiste lo ufano.

Los mercados trillan trigo labriego.
Se lucra el sacamuelas molinero.
Pulverizan nuestra harina en dinero.

Bulle Troya. ¡Al caballo, caballero!
No son molinos; son gigantes de ego.
Aspas que trituran viento y sosiego.

“Cambiar el mundo, amigo Sancho, que no es locura ni utopía, sino justicia”.





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