Mantener la grasa del despilfarro; esta es la herencia recibida. Y lo peor es que parece ser que es intocable. Vamos, que antes veremos al Sr. Arias Cañete comiéndose un caballo vivo, como nuevo ejemplo de austeridad para el ciudadano, que recortar lo más mínimo sus disparatados y abundantes privilegios. Prefieren cortar la carne del bienestar y, además, hacerlo cuando y donde más duele.
Dice el refrán: "Las leyes implanta, quien más las quebranta".
Eso es exactamente lo que lleva tiempo haciendo este pestilente bipartidismo. Prometer supuestas medidas anticorrupción, que en realidad son el patrón de un traje a medida para blindar y proteger al patrón al que se deben y obedecen (ese honorable golfo), así como a sus secuaces (legiones de expertos gestores, siempre colocados a medias).
Asoman, ERE tras ERE, despidos de personas cuya consecuencia adicional será llevarnos a otro abismo buscado: a un insostenible nivel del sistema de pensiones. El trabajo queda precarizado, generando una deflación salarial brutal. Estamos asistiendo a la mayor pérdida de renta y riqueza familiar. A las mayores diferencias entre ricos y pobres. Sin embargo, erre que erre; error tras error.
Entre corte y recorte, confecciona el sastre su desvergüenza, afirmando que “hemos dejado atrás la senda del desastre”. Ignorar el desastre, sin sonrojarse, y lucir la fantasía y la mentira les lleva a maquillar las grandes cifras y mostrarse indolentes ante los datos que publican desde Bruselas, exhibiendo su desprecio mayúsculo al ciudadano.
Pretenden hacernos creer que el ritmo creciente de las exportaciones permitirá financiar el déficit acumulado. En mi opinión, la reducción del déficit comercial se ha debido a la caída en picado de las importaciones por el empobrecimiento masivo de las familias. ¿Esa es la excelencia que estamos consiguiendo en la balanza de pagos de las exportaciones?
Ante una crisis institucional generalizada, un Estado inviable e intrínsecamente corrupto y mediante una ley electoral antidemocrática, continúan su desgobierno ocasionando ruina económica y social.
Su compromiso es profundizar en la consolidación fiscal; es decir, más impuestos y más recortes en aquellas parcelas que debieran estar blindadas. La grasa del despilfarro, ni tocarla. Es fundamental para el buen funcionamiento de su estructura. Mientras, el resto, como papel de fumar.
Dice el refrán: "Las leyes implanta, quien más las quebranta".
Eso es exactamente lo que lleva tiempo haciendo este pestilente bipartidismo. Prometer supuestas medidas anticorrupción, que en realidad son el patrón de un traje a medida para blindar y proteger al patrón al que se deben y obedecen (ese honorable golfo), así como a sus secuaces (legiones de expertos gestores, siempre colocados a medias).
Asoman, ERE tras ERE, despidos de personas cuya consecuencia adicional será llevarnos a otro abismo buscado: a un insostenible nivel del sistema de pensiones. El trabajo queda precarizado, generando una deflación salarial brutal. Estamos asistiendo a la mayor pérdida de renta y riqueza familiar. A las mayores diferencias entre ricos y pobres. Sin embargo, erre que erre; error tras error.
Entre corte y recorte, confecciona el sastre su desvergüenza, afirmando que “hemos dejado atrás la senda del desastre”. Ignorar el desastre, sin sonrojarse, y lucir la fantasía y la mentira les lleva a maquillar las grandes cifras y mostrarse indolentes ante los datos que publican desde Bruselas, exhibiendo su desprecio mayúsculo al ciudadano.
Pretenden hacernos creer que el ritmo creciente de las exportaciones permitirá financiar el déficit acumulado. En mi opinión, la reducción del déficit comercial se ha debido a la caída en picado de las importaciones por el empobrecimiento masivo de las familias. ¿Esa es la excelencia que estamos consiguiendo en la balanza de pagos de las exportaciones?
Ante una crisis institucional generalizada, un Estado inviable e intrínsecamente corrupto y mediante una ley electoral antidemocrática, continúan su desgobierno ocasionando ruina económica y social.
Su compromiso es profundizar en la consolidación fiscal; es decir, más impuestos y más recortes en aquellas parcelas que debieran estar blindadas. La grasa del despilfarro, ni tocarla. Es fundamental para el buen funcionamiento de su estructura. Mientras, el resto, como papel de fumar.
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