Confunden
ajuste y desbarajuste.
El lema
“quieren acabar con todo”
les quema y
produce tal incomodo
que hace que su
aplomo al pueblo disguste.
Las
competencias propias, sin embuste
ni espera, ha
de avalar este acomodo;
descartando lo
impropio con acodo.
No están
dispuestos y acuden al fuste.
Subir
impuestos: su idea genial.
¿Acaso
garantizan lo esencial
las medidas del
plan de austeridad?
No tratan de
atar la morosidad.
Su despilfarro
en la duplicidad
será el descalabro
consistorial.